La sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid reconoce el delito de asesinato a Apolinar, el condenado, aunque le aplica una eximente incompleta por miedo insuperable. Se reconoce por tanto que después de discutir por una deuda de 12.000 euros el juzgado cogió de la parte trasera del coche una escopeta recortada y le disparó a bocajarro.
La decisión judicial recoge también que, aun a sabiendas de que su amigo no tenía posibilidad alguna de defenderse, pues hablaba por el teléfono móvil y llevaba puesto el cinturón de seguridad, Apolinar, con ánimo de causarle la muerte, le disparó por la espalda de manera sorpresiva, alcanzándole en el cuello.
El condenado en su declaración había alegado miedo insuperable por las amenazas que le profirió la víctima, alegación que ha sido parcialmente aceptada. Además ya ha empezado a saldar su deuda por la indemnización que le debe pagar a la familia de la víctima.
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