Licenciado en Derecho, llegó a ejercer la abogacía en una importante empresa del sector energético, además de ser auditor de cuentas y asesor fiscal. Eran tiempos en los que compaginaba su faceta de literaria con el trabajo que le daba de comer. Ahora, consolidado como escritor de prestigio, asegura que hay menos escritores que viven de su trabajo que cuando él empezó. Y es que dice, se ha producido un “severo deterioro de la viabilidad de ser escritor como forma de sustento”.
Silva se siente orgulloso de ser madrileño y de vivir en Getafe, una ciudad que le permite estar en Madrid, pero con la distancia necesaria. Compagina sus estancias en esta ciudad del sur con la residencia que tiene en Viladecans, derribando la pretendida rivalidad entre Madrid y Barcelona, porque asegura “no tenemos que sentir al otro como ajeno” y siempre hay que potenciar lo que nos une.
Orgulloso y satisfecho de dos de sus grandes personajes de ficción, Bevilacqua y Chamorro, no le molesta que le conozcan especialmente por ellos. “Lo que uno escribe lo echa al mundo y el mundo decide lo que son”. En estos momentos, prepara una nueva obra entorno a los dos guardias civiles más famosos.
Comentarios