Paquita Sauquillo mira a la vida de frente. Viaja a sus casi 71 años, con su mochila “negra”, donde acumula las pérdidas de seres queridos como su padre, su hijo o su marido y otra más ligera y agradable en la que guarda logros personales y ayuda a causas justas.
El apellido Sauquillo dice mucho en Fuenlabrada, la ciudad donde pasó su infancia. Rodeada de su abuelo, natural de Getafe, una abuela fuenlabreña, sus padres y hermanos y una casa, la antigua Casa de la Mujer, donde recuerda cuadros imponentes que impresionaban su mirada de niña.
En esa retina también se le quedó grabada la cara de las mujeres encarceladas en Yeserías, con sus hijos, cuando fue detenida por tres meses por manifestarse.
En esta entrevista nos habla también de la muerte de su hermano, abogado que murió en los atentados de Atocha. Recuerda dónde estaba y cómo lo vivió. Un hermano que da nombre a una calle céntrica de Fuenlabrada, al igual que su abuelo, Luis Saquillo.
Su etapa política la recuerda con cariño y hoy en día es capaz de reconocer la lejanía de los políticos con el ciudadano, “muy al contrario de lo que ocurrió en tiempo de la transición”. En esta entrevista también conocemos la faceta más humana de una mujer llena de pasión por la vida.
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