Dice el refrán “De casta le viene al galgo”. No podía ser más apropiado para este ganadero del sur de Madrid que cría, cuida y mima a sus toros para luego llevarlos a los grandes ruedos.
Antes de conocer a la que hoy es su mujer, tenía ganado ovino en Humanes y en Fuenlabrada. Más tarde heredaría de su suegro la ganadería Gracigrande y él forjaría la suya propia, con su mismo nombre.
Domingo Hernández recuerda en esta entrevista cómo fueron sus orígenes en Humanes y cómo era Fuenlabrada, todavía muy rural, en 1967, año en que se casó y se vino a vivir a lo que entonces era un pueblo.
Y desde aquí creó una dinastía. Dos ganaderías y tres fincas donde cría al ganado: Garcigrande, la que más sentimentalmente está ligada a la familia, Juarro y Traguntía, todas en tierras salmantinas.
Con él hablamos también del mundo del toro, de lo “inaguantable” que es que se afeite a un animal que va a salir a la plaza, de su afición por los galgos y del orgullo por los suyos.
Comentarios