Los hechos se produjeron el 15 de agosto de 2010, cuando una discusión entre ambos con presencia de una amiga derivó en una supuesta agresión con un cuchillo de cocina. La víctima ha declarado también que la casa quedó “como una carnicería” por las manchas de sangre que se produjeron en el altercado, y el acusado se ha mostrado arrepentido, pero ha asegurado “no recordar nada” porque ese día habían consumido alcohol y cocaína, un punto desmentido por los peritos.
La acusación particular también pide 11 años de prisión para el acusado, mientras que la defensa ha pedido su absolución porque cree que las pruebas no han desvirtuado la presunción de inocencia de su cliente.
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