Todo el mundo sabe tararear y cantar, incluso en varias lenguas, el “Submarino Amarillo” de los Beatles. Pero el original fue Ringo Starr, el baterista del cuarteto y vocalista ocasional. Esta melodía la conocen, pero quizás no hayan escuchado tanto esta otra.
Se trata de “Postcards from Paradise”, el último single de la carrera de Ringo, publicado este mismo año y lleno de referencias a temas de los Beatles. Nos sirve para repasar una carrera sin tantos éxitos como las de sus compañeros pero mucho más estable. Comenzaba, ya saben, en el mítico cuarteto de Liverpool, en cuyos discos siempre dejaba una joya vocal en solitario, como Act Naturally, With a little help from my friends y Octopus’s Garden.
Por cierto, no sería justo olvidar uno de sus mejores temas no como vocalista, sino como baterista, su puesto real. “A day in the life” es todo un tratado del uso de las baquetas llevando el ritmo pero improvisando frases de percusión.
Desde el fatídico día en el que los de Liverpool se separaron, han pasado muchas cosas. Ringo ha sido director de cine y documentales, actor, narrador, músico de estudio, empresario… Pero nos centramos en su carrera musical con “It don’t come easy”, sencillo de 1971 junto con George Harrison, con el que aprovechó la inercia de The Beatles para alcanzar cierta fama.
Dos años después coleccionó dos de sus mayores éxitos en solitario, “Photograph” y “You’re sixteen”, del disco Ringo, que llegó al número dos en Estados Unidos y que tenía temas muy británicos, eclécticos y brillantes.
El carácter afable y divertido de Ringo hizo que muchos músicos, amigos, colaborasen con él en composiciones e interpretaciones. Ocurrió en su disco “Goodnight Vienna” con singles como “Only You” y “No no song”, que aunque mantuvieron el nivel de ventas, eran menos innovadores y no tenían nada que ver con las carreras paralelas que mantenían sus ex compañeros.
Los años siguientes estuvieron marcados por varios fracasos discográficos consecutivos y discutibles incursiones en el Rn’B y la música disco. En el 81 volvió con nuevo disco y un sencillo, “Wrack my brain”, que fue el último en entrar en la lista de éxitos estadounidense, en el digno puesto 38.
La extraña pero divertida estética de la canción, del vídeo y del propio Ringo remarcaba su carácter. Pero no sirvió para que el resto de la década le reportara grandes éxitos. Tras varios problemas personales y con el alcohol, regresó en 1992 con “Weight of the world”, de su disco “Times takes time”, que suponía su regreso a la composición de calidad pero no al éxito comercial.
Hubo más discos de Ringo en los 90, todos con el apoyo y la colaboración de grandes estrellas, pero ninguno de gran relevancia comercial. También se ha caracterizado por un fuerte componente nostálgico en su discografía, y lo dejó patente en sus trabajos más recientes, en la primera década del nuevo milenio, con temas como “Never Without you”, dedicada a su ex compañero George Harrison, o “Liverpool 8”, autobiográfica y con cariñosas palabras sobre su carrera con sus tres compañeros en los Beatles.
Por cierto que con Paul McCartney ha seguido apareciendo esporádicamente y han grabado algún tema juntos. Nada que ver con lo que hicieron en los 60’, claro… Pero despidámonos con uno de los últimos singles de Ringo, “Wings”, de 2011, una regrabación de un antiguo tema que demuestra la gran calidad del ex Beatle pero también su escasa repercusión en el panorama musical.
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