El padre de los niños, Ángel A.G., decidió echar una partida en un local de apuestas cercano a donde había aparcado su coche. Así lo hizo dejando dentro del vehículo, con las puertas abiertas, a sus hijos de 8 y 10 años, a quienes encontró la policía nacional de Fuenlabrada llorando y con frío. Un vecino observó a los menores y llamó al 091. Sobre las doce y cuarto de la noche, los agentes acudieron al lugar y recogieron a los niños, quienes aseguraban que su padre se había marchado hace treinta y cinco minutos a jugar al bingo. Así lo cuentan desde el Gabinete de Prensa de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
Poco después los policías le localizaron en un bingo cercano con signos de embriaguez. Aseguró que había ido a “echar una partidita” y a tomar algo y que pensaba llevar a los niños a casa una vez terminase.
El hombre fue arrestado y los menores trasladados a comisaría de Fuenlabrada, donde se localizó a sus madres para que se hicieran cargo de ellos.
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