Sí, es él. El único. El que aún nos pone los vellos de punta. Raphael tiene 72 años pero sigue con la misma fuerza de siempre. Ahora con nuevo disco, “Simphonico”, y arropado por toda una orquesta. Mucho tiempo ha pasado ya, medio siglo, desde que cantase la canción que le llevó al estrellato, la del tamborilero.
Esto fue una adaptación navideña de una canción anglosajona que ahora es inmortal en nuestro país gracias al primer disco de Raphael, que llevaba su nombre y culminaba varios años de grabaciones y premios en concursos. En poco tiempo consiguió repercusión mundial con sus dos participaciones en Eurovisión. Cantó “Yo soy aquél” y “Hablemos del amor”, dos delicias que llegaron al séptimo y sexto puesto, los más altos hasta entonces para España.
No llevaba ni un lustro como profesional y ya ocupaba un lugar en el Olimpo del que nunca se ha bajado. También en América Latina, donde con canciones como “La Llorona”, tema popular mexicano, encandiló a todo el continente.
La década de los 60’ sin duda fue la más deslumbrante para Raphael. Cada cosa que cantaba se convertía en éxito, y así nos dejó himnos inmortales que aún seguimos intentando entonar todos nosotros. Nos callamos y reverenciamos las cuerdas vocales de Raphael en “Digan lo que digan” y “Mi gran noche”, una reescritura y mejora del éxito del italiano Salvatore Adamo.
El huracán Raphael llegó incluso a uno de los programas más influyentes de la historia de la televisión, el estadounidense The Ed Sullivan Show, en 1970, donde cantó algunas cosas en varios idiomas como "Hava Nagila", una de las canciones hebreas más conocidas y antiguas.
La nueva década siguió la misma estela, aunque con menos de esos himnos que todo hispanohablante se sabe al nacer. Y si el histrionismo y la fuerza de Raphael encima de un escenario ya rozaba el límite, en 1981 publicó algunas canciones maravillosas que ponen los pelos de punta como “Qué sabe nadie”.
Por cierto, por cosas como ésta recibió un simbólico disco de uranio tras vender, agárrense, más de 50 millones de discos. Dicen que sólo Michael Jackson y Queen tenían un igual. Y aunque nunca se había ido de los escenarios, quiso dejar claro que era el de siempre, a pesar de cantar ahora canciones escritas por José Luis Perales y no por su habitual letrista, Manuel Alejandro. De ahí viene “Yo sigo siendo aquél”.
En esta línea de “renacimiento al éxito”, aunque nunca se había separado de él, en 1991 publicaba “Ave Fénix”, un disco en el que vemos uno de los grandes giros de su carrera con los ritmos caribeños y salseros de “Escándalo”, que rompieron moldes y llegaron a cosechar un número uno en Japón.
Ya que estamos con ritmos nuevos, justo diez años después, en 2001, Raphael reaparecía rodeado de divas españolas y versiones arriesgadas, sí, pero siempre con el “toque Raphael” que te deja maravillado. Es el caso de “Maldito Duende”, versión del original de Héroes del Silencio.
Por cierto, justo después de esto afrontó un trasplante de riñón del que volvió con más fuerza. A pesar de lo cual lo hizo en 2003 con la canción “Desmejorado”, escrita precisamente por Enrique Bunbury.
Y aunque estaríamos todo un día con el vello de punta por la voz de Raphael, nos tenemos que ir. Y lo hacemos con “El reencuentro”, un disco de 2012 en el que volvía a trabajar con su letrista de siempre, Manuel Alejandro, con el que dio una vuelta de tuerca más con canciones como “Sexo sentido”.
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