Las dos primeras propuestas de calado que hemos conocido las hemos encontrado en el programa electoral del PSOE donde se plantea un plan contra la prostitución (con persecución de los proxenetas y de los clientes) y además la eliminación de la religión de las aulas.
En este último caso, Recuenco ha defendido la libertad de elección para los padres “que pueden elegir que sus hijos reciban o no la enseñanza de religión”; mientras, Arceredillo subrayó que “esa libertad de elección no es tal, ya que se elige entre A o B”.
Lillo consideró que “el PSOE quiere atraer al electorado más progresista con este tema”, pero dudó de su aplicación posterior y criticó la calificación de la asignatura de religión con la “ley Wert” ya que incita a los alumnos a elegirla para subir la nota media.
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