El orden del día era simple y sin mayor enjundia: ratificación de la urgencia como primer punto y renuncia del exalcalde y toma de posesión del acta de concejal de un nuevo edil como segunda parte de la sesión. Sin intervenciones ni votaciones.
Pero todo se ha complicado cuando el gobierno ha decidido adelantar el Pleno al martes a las 13:00 horas. Sin tiempo de reacción, el PP ha decidido que ninguno de sus once concejales iba a acudir. Según su portavoz, Miguel Ángel López, no quieren participar en un acto “vergonzoso”.
Por tanto, faltaban once concejales del PP, pero tampoco estaba la portavoz socialista María José López Bandera, de baja por maternidad, ni el concejal de su grupo Ángel Sánchez Porcel, que no ha llegado a tiempo. Esto unido a la ausencia lógica del exalcalde y a que técnicamente aún no había tomado posesión de su acta una nueva edil ha hecho que no haya quórum, es decir, el mínimo de concejales requerido para celebrar un pleno.
Tras intentar reeditar la sesión una hora después, finalmente no se han reunido y, si nos atenemos al decreto de convocatorio, el pleno se debería repetir 48 horas después.
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