El Plan de austeridad deberá ser aprobado mañana por en Pleno Municipal y, según ha destacado Miriam Rabaneda, tiene como fin último el conseguir volver a una situación de equilibrio presupuestario, cumpliendo con la ley general, así como con los escenarios de estabilidad fijados por el Gobierno; conseguir ajustar a cero el ahorro neto negativo del Consistorio y lograr que el remanente líquido de tesorería vuelva a cifras positivas en los siguientes años.
Para ello, la alcaldesa de Pinto ha anunciado una serie de acciones y medidas durante los tres años que, por ley, durará el Plan. En el apartado presupuestario, las medidas se centran en una reducción del 7 por ciento del presupuesto de 2009 con respecto a 2008 y una reducción también del 7 por ciento en el presupuesto de 2010 con respecto al de 2009; para llegar al crecimiento cero en el presupuesto de 2011 con respecto al de 2010.
En el apartado de gastos, las medidas se centran en una reducción del 13,5 por ciento durante los tres años que dure el Plan; que se verá completado con otras acciones como la reducción de horas extra del personal municipal sin que ello perjudique a los servicios prestados a la ciudadanía, la reorganización de los recursos humanos del Consistorio sin tener que llegar a los despidos, la dotación de medios técnicos para lograr una gestión eficiente y la reducción del personal eventual salvo por causas que sean plenamente justificadas.
La regidora pinteña ha destacado que se trata de una serie de ajustes muy necesarios para la ciudad, por lo que ha asegurado que espera contar con el apoyo de todos los partidos políticos con representación en la corporación municipal y de los sindicatos ya que, en su opinión, no se trata de una cuestión política, sino técnica y que, además, requiere la Ley.
Una de las primeras muestras de la política de austeridad del Gobierno pinteño será el gasto destinado a las actividades programadas para las próximas fiestas navideñas. Miriam Rabaneda ha asegurado que se mantendrá la misma programación del año anterior, pero con una reducción del 40 por ciento en el coste para las arcas municipales.
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