En concreto la propuesta de Izquierda Unida cree que el uso de la vivienda “como mercancía” es intolerable y justifica la reversión de la cesión debido a que se buscaba “una función social y no para objetivos especulativos”.
En este sentido la portavoz de Izquierda Unida, Carolina Cordero, ha opinado que “el negocio lo haga Goldman Sachs, uno de los mayores responsables de la crisis mundial”, mientras que el portavoz adjunto del grupo socialista, Pablo Sánchez, cree que se venden viviendas “construidas con fondos públicos a personas que no van a vivir en esas casas”. Mientras tanto el portavoz adjunto del PP, Joaquín Reyes, ha justificado su voto negativo a la propuesta recordando que el propio Ayuntamiento ha recurrido a empresas privadas “para que construyan las viviendas y gestionen su alquiler”.
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