Las investigaciones policiales comenzaron el pasado mes de febrero, cuando los agentes de Fuenlabrada observaron varias denuncias similares en la zona. Así dieron con los ladrones, cuyo modus operandi era siempre el mismo: acudían encapuchados a los establecimientos y forzaban las cerraduras para entrar en el local. Una vez allí se llevaban todo el dinero de las cajas y algunas mercancías que después vendían en mercadillos.
Además los ladrones, según ha explicado una portavoz policial, estudiaban detenidamente sus objetivos durante días.
A los acusados se les imputan un total de 40 delitos contra el patrimonio.
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