El gobierno de Alemania es, tradicionalmente, uno de los más restrictivos con la violencia en los videojuegos, en su día Gears of War o Madworld no se pudieron comercializar en dicho país. Ahora se ha prohibido jugar en público a Counter-Strike, con el objetivo de combatir los crímenes. De momento ya se ha tenido que cancelar la convención alemana X-Treme tournament, una fiesta centrada en los videojuegos en la que el Counter Strike tenía un papel fundamental.
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