Belén Jurado tiene a sus dos hijos en la escuela infantil Lope de Vega de Leganés. Y los dos estarán afectados por el cierre de aulas: uno porque el año que viene cumple 3 años y pasa al segundo ciclo, y su hija porque tiene autismo y está en el aula TGD.
Ahora Belén se apresura a preguntar en otros centros para que sus hijos puedan seguir con su misma educación, pero no está siendo fácil. El niño es posible que tenga preferencia en la matriculación, pero para su hija, con autismo, el cambio no sólo supondrá desplazarse, sino habituarse a otros compañeros, otros profesores y otro espacio, algo que puede retrasar los avances que se han producido en los últimos años con la atención especializada que recibe su hija.
Belén es un ejemplo del malestar que en los padres y madres de la escuela ha provocado la decisión de la Consejería de Educación, que se ha producido sin apenas tiempo de reacción. Critican además que de nuevo la escuela pública, en este caso un modelo que funcionaba bien, sea recortada con la única excusa de los números, es decir, de la baja matriculación.
Por su parte, ante las acusaciones de pasividad por parte de la oposición política, el gobierno municipal de Leganés ha señalado que se trata de una “decisión exclusiva de la Comunidad de Madrid”, pues la escuela es de su competencia, al tiempo que han explicado que a los afectados por el cierre del aula de 3 a 6 años se les dará prioridad a la hora de elegir centro y que para el aula TGD se podría habilitar en otro centro, aunque recuerdan que los colegios Lepanto, Trabenco y Concepción Arenal tienen estas aulas especiales.
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