La derrota más abultada del Ayuda en Acción Fuenlabrada en su historia en la ACB, con 42 puntos de diferencia ante el DKV Joventut, será también el último partido de Luis Guil en el banquillo naranja. Tras la reunión mantenida entre el presidente José Quintana y el propio técnico, el club tomó la decisión de destituir al entrenador sevillano, que será relevado momentáneamente por su segundo Chus Mateo.
Sin duda las siete derrotas consecutivas que han metido a los fuenlabreños en descenso han sido decisivas para el final de esta historia. Pero al César, lo que es del César. Luis Guil aterrizó en el banquillo del entonces Alta Gestión Fuenlabrada la temporada pasada en su primera aventura en los vestuarios ACB tras ser responsable de la cantera y seleccionador nacional en las categorías inferiores. En su debut dejó al Fuenlabrada a las puertas de la Copa del Rey, y elevó a los altares a jugadores casi desconocidos como Brad Oleson. Una tendencia que ha continuado esta temporada, cuando una vez más ha tenido que conformar un puzzle con sólo dos integrantes de la anterior plantilla. Nombres como Gerald Fitch o Esteban Batista le deberán mucho a Luis Guil en el futuro, cuando más que probablemente salten a los grandes clubes de la liga.
El ya ex –entrenador del Ayuda en Acción Fuenlabrada se ha despedido con una carta abierta de agradecimiento a la plantilla, directiva, afición y medios de comunicación. Ha calificado como “un honor” la oportunidad de entrenar a la primera plantilla, con un recordatorio muy especial para su “enorme “afición. Una afición que, sin duda, echará de menos las pasionales indicaciones de Guil rebasando los límites de la cancha y dejándose la voz en cada encuentro.
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