La medida, expresada por el Partido Popular en su Comité Ejecutivo Nacional, pretende que la lista política más votada gobierne los municipios. Es decir, que no sean votados por los concejales en la sesión de investidura y por tanto no haya posibilidad de que una coalición a posteriori de las elecciones desaloje de alcaldía al partido con más votos.
Algo de lo que saben bien en Leganés. La legislatura pasada gobernó nueve días el PP, pero después PSOE e IU volvió al gobierno, como ha ocurrido en muchas corporaciones con diferentes fuerzas políticas a lo largo de la democracia. El actual alcalde del municipio, Jesús Gómez, del PP, opina que la reforma rescataría la esencia de la democracia, para evitar que coaliciones “hurten” el gobierno. Aunque Gómez alerta de que hay que aclarar qué pasaría con figuras como la moción de censura.
Por su parte el alcalde de Parla, el socialista José María Fraile, echa mano de la propuesta alternativa del PSOE: elección directa sí, pero con segunda vuelta. Una manera de “afianzar” la legitimidad del alcalde. Aunque también alerta Fraile de que habría que mirar con lupa cómo se gestiona la oposición de ese tipo de gobiernos para garantizar la fiscalización y participación de todos los partidos elegidos.
Por último el ex alcalde de Fuenlabrada y diputado socialista en la Asamblea de Madrid, José Quintana, ha calificado de “propuesta de perdedor” la idea del PP, ya que se lanza a un año de las elecciones locales y regionales en las que una gran coalición de izquierdas podría hacer que la derecha perdiera una gran parte de sus gobiernos.
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