Se trata de la lluvia de estrellas más famosa del Hemisferio Norte, que se produce entre el 16 de julio y el 24 de agosto. Está provocada por restos del cometa Swift-Tuttle, que al entrar en contacto con la atmósfera terrestre, estas diminutas partículas brillan durante un momento como si fueran una estrella fugaz.
Reciben el nombre de Perseidas porque parecen venir de la constelación de Perseo. También son llamadas “Lágrimas de San Lorenzo”, por coincidir con el día de este santo.
Sin embargo, este año coincidirán con el momento en el que la órbita de la Luna estará más cerca de la Tierra, lo que se conoce como “Superluna”, lhecho que impedirá ver la lluvia de estrellas fugaces, ya que arrojará un 30% más de luz, además de aparecer casi 15 veces más grande a nuestros ojos.
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