Desde “El emigrante” pasando por una instalación sobre el drama de la valla de Melilla hasta lo más atrevido: situar al rey Juan Carlos en un contenedor con objetos ya inservibles, son un ejemplo de cómo el artista tiene que denunciar lo que pasa a su alrededor. Así lo dice Toral, quien pide, en estos tiempos más que nunca, “poner esperanza en el intelectual” que hace arte, sin dejar de lado lo social.
Su “obsesión” por las maletas, reconoce que le han llevado a convertirlas en un “icono de nuestra época”, un mundo globalizado que choca con fronteras y vallas. No renuncia así a la carga de denuncia en la obra de arte, como se puede ver en esta muestra, donde se atreve con el primer retrato de don Juan Carlos después de la abdicación. El situarlo en un contenedor, no es, asegura, falta de respeto, sino la realidad.
Hasta el 26 de octubre se podrá ver en el CEART de Fuenlabrada “Cartografía de un viaje”. Aprovechen porque después de esto el artista, con mucho humor, promete seguir superándose y “hacer cosas realmente buenas”, como puntualiza con mucho humor.
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