“La vida no se acaba ni con 60, ni con 70…, “ recuerda Alborch, quien señala el aumento de la esperanza de vida de la mujer como un conquista que nos tiene que hacer aprender a vivir la vejez bien, y es que, reconoce, “es una cuestión de actitud”.
La senadora socialista, ex - ministra de Cultura con Felipe González, habla también en su libro del placer del poder. ¿Engancha ese placer? “Tan importante es saber llegar como saber irse”, dice, porque “hay que saber reubicarse”.
Alborch reconoce que la crisis económica y de valores que vivimos condiciona la vida a todos y también de los más mayores, encargados de cuidar a nietos y hasta de hacer de soporte económico de los hijos, pero hasta, en esas situaciones hay que buscar el placer de la vida. “Yo lo veo en las abuelas con los nietos en el autobús. Les cuesta subirlos, pero luego disfrutan con ellos intercambiando experiencias.” La vida es un esfuerzo, afirma, pero no debemos de perder la pasión por ella.
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