Las mujeres, de origen chino, eran capatadas en su país de origen con falsas promesas de trabajo. Desde allí, una organización costeaba todos los gastos para su traslado a España. La red les reclamaba una deuda de hasta 15.000 euros, que las víctimas sólo podían saldar mediante servicios sexuales. Alguna de las casas empleadas por la organización se encontraban en Getafe y Móstoles.
Llegaban desde China directamente al aeropuerto de Barajas. Desde allí, la red las trasladaba a domicilios donde eran obligadas a ejercer la prostitución. Los miembros de la organización les retiraban el pasaporte y también las forzaban a prostituirse en locales de ocio, como hoteles y karaokes, propios de la comunidad china.
Sin embargo, una de las víctimas retenida en Getafe consiguió escapar y alertar a la Policía, según ha explicado el Jefe de la Brigada Provincial de Exteriores y Fronteras, Ángel Olmedo.
Un total de ocho mujeres han sido liberadas. Hay ocho detenidos a los que se imputan delitos de trata de seres humanos o de coacción para la prostitución. Otras dos personas más están imputadas, pero se encuentran en paradero desconocido.
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