En el registro del local se han encontrado 38 envoltorios de cocaína preparados para su venta en dosis de uno y de medio gramo, y unos 8.700 euros escondidos en un falso techo.
El bar disponía de unas inusuales medidas de seguridad. Oculto en el interior de la barra se localizó un monitor conectado a dos cámaras exteriores perfectamente camufladas y colocadas estratégicamente para tener un control de toda la calle.
De esta forma podían ver a las personas que llamaban a la puerta o a las que se acercaban al lugar y, en su caso, detectar la presencia policial.
Los detenidos son un hombre y una mujer de 45 y 47 años de edad y son el propietario y la camarera del pub, encargada de dar ‘el agua’ al observar la llegada de los agentes.
La portavoz de la Policía ha explicado que las investigaciones se iniciaron tras recibir diversas informaciones sobre el bar.
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