Descubrimos nuestra personalidad a través de nuestra propia letra. La Grafología se encarga de ello. Estudia al milímetro las características de nuestra caligrafía.
Por ejemplo, si es ascendente denota aspiraciones y motivación. Eso se desprende, por ejemplo, de la firma del presidente del PP, Mariano Rajoy, que remata su firma con una rúbrica ascendente.
Pero también queremos conocer un poco mejor al presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, en cuya firma destaca una curiosa unión entre los caracteres que, nos dice la grafóloga Rocío Carro, denota agilidad mental.
Ella imparte estos días un taller sobre Grafología en la Concejalía de Igualdad de Fuenlabrada, donde aprendemos algunas claves para conocernos mejor mediante esta técnica. A saber: si nuestra escritura tiende hacia arriba denota motivación, caracteres muy arcados introspección, si se unen entre sí agilidad mental o si están cojos falta de autoestima.
Por supuesto, este análisis nunca se podrá aplicar al 100% a nuestra personalidad, pero los expertos aseguran que confían en ella en un 98%. Además, sus aplicaciones van desde la psicología y los recursos humanos, a la criminalística para el peritaje para textos falsificados, la educación para ver si un niño tiene problemas de adaptación, o incluso la medicina, donde según el trazo se pueden intuir patologías como hipertensión.
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