Bermúdez ha explicado que algunos delincuentes si que pueden reinsertarse en la sociedad pero no los que son de la calaña de los asesinos de su hija y ha señalado que a cada uno se le va a ir poniendo en su sitio con el paso del tiempo.
Además, ha añadido que no cree en la libertad vigilada, como se ha demostrado con el “Rafita”, al que se le acusa de estar presuntamente implicado en el robo de una vivienda en Málaga donde se sustrajeron entre otros efectos, un ordenador portátil.
El asesinato de Sandra Palo ocurrió en mayo de 2003 y días después la Policía detuvo a un adulto y a tres adolescentes, entre los que se encontraba el “Rafita” que tenía catorce años. Fue condenado a cuatro años de internamiento en un centro de menores y tres de libertar vigilada lo que provocó una campaña en contra de la madre de Sandra que consideraba que las penas no habían sido acordes con la magnitud del delito.
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