La paciente tenía 49 años en 1997 cuando sufrió una fractura de cadera. A pesar de que requería intervención urgente, los facultativos del Hospital Severo Ochoa de Leganés tardaron una semana en operarla.
La prótesis implantada además no fue la adecuada, lo que provocó diversas complicaciones que derivaron en cinco operaciones más en los años sucesivos. La paciente presenta acortamiento de la pierna izquierda en once centímetros, por lo que en la actualidad camina con dificultad, con dos bastones y un alza de ocho centímetros.
La Asociación del Defensor del Paciente ha sido la encargada de llevar la defensa del caso. Su presidenta, Carmen Flores, ha lamentado que este tipo de sentencias lleguen siempre con años de retraso, que le cuesta mucho más dinero a la administración regional.
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