Debo ser una de las pocas personas a las que Rodríguez Zapatero no le hizo confidente de su decisión de anunciar el día 2 de abril su propósito de no presentarse a las elecciones de 2012. Primero fueron su mujer y un amigo…luego aparecieron muchos más nombres. Imposible conservar un secreto cuando existe la cobertura múltiple de fuentes que podrían romperlo. Observo que muchos periodistas estaban también en la clave, por lo que sospecho que sus constantes preguntas a los líderes políticos que se les ponían a tiro, particularmente a Rubalcaba en su función de portavoz del gobierno no tenían la función periodística de buscar información sino la de rendir cuentas en la redacción: “yo he cumplido”.
Lo que cuenta en definitiva para el común de los mortales es que Zapatero va a seguir asumiendo sus responsabilidades como gobernante, sin tener que preocuparse del desgaste personal que suponga adoptar medidas impopulares-“me cueste lo que me cueste”-y que sería deseable que el equipo que le acompaña en el Consejo de Ministros dedicara también el cien por cien de sus capacidades al desarrollo de sus tareas, al servicio del país, siguiendo el ejemplo y el mensaje del Presidente. Eso supone que carteras tan determinantes para la buena marcha de la política nacional, como Defensa e Interior, no pueden verse afectadas, en su hasta ahora magnífico desempeño en circunstancias difíciles, por la distracción de sus titulares en la carrera sucesoria .Ningún mérito mayor, cara al votante en unas primarias, que la ejecutoria política al servicio de los ciudadanos.
Zapatero ha tomado una decisión correcta, coherente con su estilo personal y su filosofía política, pero sospecho que, también, en base a unos datos sociológicos contrastados. Nunca he hablado con Zapatero, pero estoy seguro de que sus asesores le habían hecho saber, por anticipado, que las encuestas de urgencia en todos los medios reflejarían el aplauso abrumadoramente mayoritario a su renuncia. Ahora tiene por delante una doble tarea: gobernar con acierto y pilotar con autoridad el proceso interno. Porque sigue siendo Presidente y Secretario General.
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