Los familiares comenzaron a sospechar cuando la mujer dejó de dar señales y no respondía a las llamadas del teléfono móvil.
Los agentes de la Guardia Civil se personaron en el domicilio, donde vivía de alquiler con cuatro personas más, y tras romper la puerta, que estaba cerrada con un candado, encontraron en su habitación el cuerpo sin vida de la mujer.
El presunto asesino fue detenido a finales del pasado mes de febrero cuando se encontraba preparando su regreso a Ecuador.
Al parecer, la víctima había contraído una deuda con su cuñado y tras mantener una discusión la degolló y abandonó el lugar dejando encerrado el cadáver en la habitación.
Para el esclarecimiento del homicidio han sido determinantes las muestras recogidas por los investigadores, ya que se encontró ADN del detenido en el escenario del crimen.
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