El incendio se produjo en la madrugada del 31 de enero, y tras recibir el aviso de un vecino de la zona, la Guardia Civil procedió a desalojar a un total de 40 personas para evitar heridos en los edificios colindantes. Las llamas no sólo habían afectado a la tienda de alimentación, también a dos locales aledaños.
Después de que cuatro dotaciones de bomberos sofocaran el incendio los agentes de la Guardia Civil detectaron restos de acelerantes, por lo que sospecharon que pudo ser intencionado. Un perro especializado confirmó estas sospechas encontrando tres puntos como posibles focos.
La investigación se centró en el matrimonio que regentaba el local, uno de cuyos componentes se encontraba ingresado en la UCI de un hospital con quemaduras graves. Pocos días después se detuvo a ambos y se les imputaron delitos de incendio, 38 delitos de daños y uno más de simulación de delito. La Justicia ha decretado el ingreso en prisión preventiva del varón.
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