Todo se remonta al mes de agosto de 2011. Entonces, un caserío abandonado del barrio de Perales del Río, alejado del núcleo urbano, acogió una fiesta ilegal, una rave, que terminó de la peor manera posible. Allí los acusados, presuntamente, facilitaron un cóctel de alcohol y planta de estramonio que provocó fuertes alucinaciones a algunos asistentes, dos de los cuales, de 18 años, fallecieron.
Según la investigación, la muerte se produjo tras una dura agonía de horas, en la que los afectados vagaron a pleno sol y prácticamente desnudos buscando desesperadamente agua, porque la droga les quemaba por dentro, hasta que fallecieron de un golpe de calor en la ribera del río Manzanares a su paso por Getafe.
Ahora el fiscal pide nueve años de cárcel para los dos responsables, un hombre y una mujer, por homicidio imprudente, lesiones y delito contra la salud pública. El lunes 22 de septiembre comienza la vista en el Juzgado de Instrucción número 5 de Getafe.
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