El convento es uno de los edificios más característicos de la ciudad formado por una serie de edificaciones monásticas, la mayor parte correspondientes a la primera mitad del siglo XVII.
El principal problema que afecta al monumento es el elevado nivel de humedades que se aprecian en las fachadas, además de la probable presencia de aguas subterráneas, agravado por la ausencia de un drenaje y ventilación adecuados en la base de los muros.
El director general de Patrimonio Histórico ha manifestado que las soluciones que se van a adoptar pretenden la conservación de los elementos originales y la búsqueda de los medios que puedan devolverles su eficacia constructiva y funcional, así como su apariencia primigenia.
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