La línea C3-A de Cercanías fue inaugurada en 2002 con una inversión de 85 millones de euros y dejó de funcionar en mayo de 2012 porque apenas contaba con 190 viajeros al día y suponía un coste anual de 3 millones de euros. Año y medio después, tras los constantes robos de materiales y el deterioro de las instalaciones, la Comunidad ha decidido ordenar su desmantelamiento total para intentar aprovechar lo que queda y utilizarlo en otras líneas. Los encargados de desmontar vías, catenarias y apeaderos son los técnicos de Adif.
Una línea de autobús sustituyó en mayo de 2012 a la línea de Cercanías que unía Pinto y San Martín y llegaba hasta el Parque Warner. El malestar por el cierre llegó hasta el punto de que el Pleno municipal de San Martín aprobó, a petición del PSOE, pedir a la Comunidad de Madrid que devolviera al Ayuntamiento los más de 17 millones de euros que invirtió en el proyecto.
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