El municipio de Pinto estaba hace años rodeado prácticamente en su totalidad de olmos comunes de este tipo, pero la enfermedad conocida como Grafiosis diezmó su población en toda Europa. Entre los pocos ejemplares que quedaron con vida se encuentra el situado junto a la Ermita del Cristo del Calvario. Sus 16 metros de altura y alrededor de 300 años de antigüedad le han valido la calificación regional de “árbol singular”.
El técnico de Medio Ambiente Javier Rodríguez ha destacado que se trata de un olmo de especie común, pero ya nada habitual en nuestra región, donde predomina el olmo siberiano. De esta forma el olmo ha quedado incluido en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre, lo que conlleva protección especial por su valor natural. En estos momentos el catálogo recoge unos 250 árboles en toda la Comunidad de Madrid.
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