La vacunación contra la rabia, una enfermedad vírica que puede trasmitirse al ser humano, es fundamental para prevenir esta enfermedad y para poder controlar de forma eficaz su expansión si aparece algún caso, dado que la inmunidad de los animales permite evitar su propagación. La rabia es una enfermedad neurológica que se transmite a través de la saliva y de las secreciones del animal infectado, bien a través de un mordisco o si la saliva entra en el organismo a través de una lesión abierta en la piel.
La enfermedad afecta a mamíferos tanto domésticos como salvajes, por lo que es primordial proteger a las mascotas que puedan encontrarse con animales silvestres portadores de la enfermedad. La obligatoriedad de la vacunación contra la rabia en la Comunidad de Madrid y las campañas regulares de vacunación han permitido que en los últimos años no se hayan producido casos de esta enfermedad ni en animales ni en el hombre en la región. Campañas de vacunación como la que se inicia en mayo permiten, además, comprobar el estado de salud de las mascotas y que no supongan un riesgo para las personas.
Antes de proceder a la vacunación, el veterinario realizará un examen de salud al animal, para comprobar si reúne las condiciones idóneas para ser vacunado, y comprobará la correcta identificación de la mascota a través de su chip. Este microchip, que solo se coloca una vez en la vida del animal, contiene los datos del propietario, del animal, el tipo de raza, su fecha de nacimiento y los datos del veterinario que le ha atendido. Ningún animal que no porte esta identificación podrá ser vacunado, por lo que, si el animal es joven, es el momento adecuado para colocar el chip. Se calcula que este año, durante esta campaña, se colocará el chip identificativo a unas 10.000 mascotas. Éste ha ayudado a devolver a sus dueños a unas 11.000 mascotas perdidas.
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