En la sentencia, los magistrados consideran a Jonathan P.J. como autor material de un delito de homicidio, mientras que a Francisco José G.G. le consideran coautor, por lo que se le impone una pena de doce años de cárcel. A los otros dos procesados se les condena a tres años de prisión por lesiones.
La pelea, que se inició en los baños entre dos grupos de jóvenes, se trasladó a la pista de baile, agregándose más personas por uno y otro bando.
En el transcurso de la refriega, Jonathan estrelló una botella de cristal en la cabeza de Bruno, ocasionándole una herida en el cuello.
En la intervención posterior del SUMMA se certificó que, además de una herida grave de arma blanca en el cuello, que le afectaba a la traquea y la yugular, el fallecido presentaba un traumatismo craneoencefálico severo.
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