Como cada semana, Patricia se reúne con sus alumnos en el aula de informática del colegio Celia Viñas. Su objetivo es facilitar el acceso a la informática independientemente de su condición intelectual o física. Manejar el ratón, visitar páginas web o el mismo encendido de un ordenador pueden ser a priori obstáculos muy difíciles de salvar, pero estos chicos se esfuerzan por aprender, e incluso a su vez enseñan a sus padres las artes tecnológicas.
El aula está preparada con proyector, pantallas táctiles para personas con movilidad reducida o sillas con respaldos adaptados a las diferentes discapacidades. El movimiento a través del sistema de ventanas y carpetas de Windows, cómo guardar y luego encontrar un documento de texto o las diferentes pestañas de un navegador web son algunos de los contenidos impartidos en una clase en la que padres e hijos comparten conocimientos.
Además de estos cursos de informática adaptada, que finalizarán en junio, la Fundación ASPANDI extiende la formación digital a dos centros ocupacionales de la ciudad. Otros 60 usuarios se emplean con el ordenador en su centro de la calle Reinosa y hasta 100 lo hacen en el Centro Ocupacional Fuenlabrada.
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