La sentencia establece que hubo conducta omisiva por parte de los servicios médicos del hospital por no realizar más pruebas después de la monitorización efectuada a la demandante el 29 de agosto de 2004. Por la parte demandante, se sostenía que los servicios del hospital habían perdido la prueba realizada a la paciente y que podría demostrar la existencia de una patología grave en el feto.
La madre acudió a las urgencias del Hospital de Getafe al presentar contracciones, sangrado y posible pérdida de líquido amniótico y fue sometida a una monitorización que, según el hospital, no se conserva porque los resultados eran absolutamente normales y posteriormente fue dada de alta.
Dos días después acudió a su centro de salud para someterse a una exploración y se descubrió que el feto había fallecido.
La presidenta de la Asociación del Defensor del Paciente, Carmen Flores, ha asegurado que es gratificante que se haya dado la razón a los padres por una mala praxis.
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