En 2008 se dieron de alta como voluntarios de servicios sociales 119 personas. Es una muestra más de la creciente implicación de la población en tareas solidarias. Así se interpreta desde la concejalía de Bienestar Social de Fuenlabrada, cuya edil, Marisa González, ha destacado el compromiso con la sociedad que expresan estas personas, quienes de forma altruista ofrecen su apoyo a otros vecinos o colectivos a través de los programas y servicios de la concejalía. Personas mayores, discapacitados físicos, intelectuales o sensoriales, inmigrantes o refugiados reciben ayuda de estos voluntarios.
El proyecto de voluntariado en Fuenalabrada dio sus primeros pasos en 1988, aunque es la década de los 90 cuando experimenta mayor crecimiento. Ya en 1997 se crea el Reglamento de Voluntariado de Servicios Sociales para regular las actividades que se venían realizando en el municipio.
Desde entonces, según reconoce Marisa González, el perfil del voluntario ha cambiado mucho, pasando de la mujer de mediana edad y con hijos mayores, a la incorporación de jóvenes y tercera edad.
En el acto de reconocimiento el alcalde de Fuenlabrada, Manuel Robles, ha hecho entrega de diplomas y una estatuilla que simbolizan el homenaje a la labor de estas personas, que con su sacrificio, también han contribuido a “hacer ciudad”.
Quienes realizan labores de voluntariado dicen recibir más que dan y creen que ayudar a quien lo necesita aporta mucho como persona. Los motivos para implicarse pueden ser muy diversos, desde tener el ejemplo de amigos o familiares hasta haber superado una enfermedad y descubrir el sentido de la vida.
La concejalía de Bienestar Social tiene en marcha un Programa de Voluntariado Social que propicia encuentros y coordina las actividades.
Comentarios