El caso de José Matías Sánchez es un ejemplo de la difícil situación que viven muchos profesionales del sector por la falta de seguridad en sus negocios. En esta ocasión los cacos no se llevaron botín alguno, pero la mala experiencia pasada viene a sumarse a la vivida poco antes de Semana Santa, cuando sí consiguieron llevarse una buena cantidad: 100.000 euros en siete mantas de joyas.
En la última ocasión, la banda de ladrones acababa de salir de esta joyería fuenlabreña cuando los agentes los detuvieron “in fraganti”. Habían utilizado su modus operandi habitual, el robo con violencia y además esgrimiendo una pistola. El propietario les hizo frente y consiguió que se fueran con las manos vacías.
La policía se personó en el lugar en poco más de cinco minutos, pero las fuertes medidas de seguridad esta vez tampoco sirvieron de mucho. Bolardos en el exterior, alarma y cámaras de seguridad no parecen impresionar a los maleantes. Por la sensación de inseguridad, y los 15 robos que ha sufrido en sus 44 años de profesión, José ha decidido cerrar el negocio.
En menos de tres meses la banda, siete componentes con edades comprendidas entre los 17 y los 27 años, había cometido 16 robos. La investigación, conducida por el Grupo I de la UDYCO de la Brigada Provincial de Policía Judicial comenzó a principios de marzo. Posteriormente colaboraron agentes locales de Fuenlabrada, Alcalá de Henares, Leganés y Getafe, así como la Guardia Civil de Illescas.
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