De los dos proyectos, el que afecta al aguilucho cenizo, es el que mejores resultados está teniendo. Estas aves ponen sus huevos en el suelo, entre sembrados, con lo que en muchos casos la maquinas cosechadoras los destruyen y matan a sus crías.
En el proyecto de Pinto se construye con medios naturales un refugio para que las crías estén a salvo y se les alimenta hasta que pueden valerse por si mismas.
Juan Martínez, biólogo y miembro de GREFA, recuerda que el objetivo es que no tengan mucho contacto con el hombre para que se puedan reincorporar a la naturaleza con normalidad.
En lo que se refiere al cernícalo primilla GREFA está apostando por su seguimiento reproductivo y la reintroducción de esta especie en la zona. Este grupo ecologista está realizando proyectos de conservación de otros animales autóctonos como la avutarda.
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