La red criminal se dedicaba a la extorsión de compatriotas y al cobro de préstamos derivados directamente de deudas de juego, ya fuesen éstas generadas en casinos legales de la región como en partidas clandestinas. Para ello utilizaban “magos” que manipulaban partidas de póker o mahjong, e incluso no dudaban en realizar amenazas de muerte, secuestros e incluso la amputación de miembros.
Muchas de las víctimas de esta red tenían que hacer frente a deudas de hasta un millón de euros con unos intereses del diez por ciento, debido que perdían el dinero prestado en partidas amañadas de juego.
Concretamente en los múltiples registros practicados, varios de ellos han recaído en el sur de Madrid, como los pisos registrados en Getafe y Leganés y en cuatro tiendas del polígono Cobo Calleja de Fuenlabrada, además de otras localidades de la región.
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