Se trata de agentes de la Unidad de Policía de Barrio que son asignados a cada uno de los centros docentes de la ciudad, donde con la dirección escolar analizan la situación del colegio y ofrecen planes de actuación. Entre los temas sobre los que están pendientes se encuentran problemas de convivencia, seguridad vial, protección de menores o absentismo. También se encargan de trasladar los problemas que no sean de su competencia a los departamentos municipales u organismos correspondientes.
La concejala de Seguridad Ciudadana, Yolanda Serrano, destacaba los buenos resultados de este programa, veterano en los colegios de la ciudad.
La Unidad de Policía de Barrio realiza, además de labores de vigilancia en el centro asignado, controles de velocidad, de uso de dispositivos infantiles en el coche o prevención de acoso escolar, entre otras cosas.
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