La fallecida, de 38 años, vivía junto a su marido en la calle Aragón del Barrio leganense de Zarzaquemada. Fue precisamente su marido quien avisó a los servicios de emergencias tras encontrar a su esposa tendida en la cama cubierta de sangre.
Según han confirmado fuentes policiales, las múltiples heridas fueron autoprovocadas, por lo que todo parece apuntar a un intento de suicidio. Rápidamente fue trasladada al Hospital 12 de Octubre donde falleció dos días después, el pasado lunes.
Tras la autopsia practicada al recién nacido se confirmó la muerte violenta, que pudo haber sido provocada por la propia madre, ya que el bebé había nacido vivo y llegó a respirar, pero tenía el cordón umbilical rodeándole el cuello y estaba envuelto en toallas.
El marido de la fallecida declaró a los agentes de la Policía Nacional que ningún familiar conocía el estado de la mujer, a pesar de que el bebé fallecido pesaba 3,700 kilos y había cumplido ya los nueve meses de gestación.
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