Los hechos, según el relato de la Fiscalía, parecen claros. Los dos acusados acudieron la noche del 20 al 21 de agosto de 2011, en fin de semana, a una “rave”, una fiesta ilegal que se celebró en una finca abandonada de Perales del Río, en Getafe.
Allí distribuyeron un cóctel a base de semillas de estramonio hervidas, aun a sabiendas de que produce fuertes alucinaciones y, en dosis altas, la muerte. Dos de los que tomaron la droga sufrieron sus efectos y desencadenaron una fuerte hipertermia. Es decir, que empezaron a “quemarse por dentro”. Una agonía que concluyó con su muerte, deshidratados y cerca del río Manzanares, ya que en su desesperación buscaban agua para refrescarse.
Ahora los dos acusados se enfrentan a nueve años de prisión para cada uno por dos delitos de homicidio imprudente, uno de lesiones y otro contra la salud pública.
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