De nuevo para entender estos fenómenos echamos mano de nuestro profesor de Lengua de cabecera, Alfredo Tarazaga, que nos explica dos conceptos importantes: significante, que es la forma o el continente de las palabras, y el significado, aquello a lo que hacemos referencia.
De esta forma definimos sinonimia como palabras con distinto significante pero igual significado, aunque no siempre tenemos sinónimos “perfectos”, ya que los matices en las palabras harán que no se puedan sustituir en todos los ámbitos o contextos.
Fenómeno contrario es el de antonimia, donde los significados no son diferentes, sino opuestos. De nuevo volvemos a ver que no hay antónimos perfectos, y que de hecho los antónimos de una palabra no son obligatoriamente sinónimos entre sí. Por ejemplo, el antónimo de “libre” puede ser “encarcelado”, pero “encarcelado” no es sinónimo de “ocupado” o “esclavo”, que también son antónimos de “libre”.
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