Álvarez asegura que la rabia nos puede ayudar a superarnos, mientras que la ira no aporta nada positivo. “Tener rabia por haber hecho algo mal en el trabajo, por ejemplo, nos va a llevar a intentar mejorar”, incluso, a darnos cuenta en qué hemos fallado. La irá, sin embargo, supone descontrol de nuestros impulsos en muchos casos y es necesario saber gestionarla.
Asimismo, abordamos con él cómo descubrir el origen de estos accesos de ira o rabia y sobre sus efectos en nuestro entorno.
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