Se trata de cuatro huesos de adulto y uno de osezno con una longitud media de 24 centímetros, que además han fosilizado totalmente, algo muy raro en este tipo de hallazgos debido a su morfología.
El investigador que ha llevado a cabo su estudio, Juan Abella, ha manifestado que los huesos dan información sobre el comportamiento sexual de los osos madrileños de hace 9.000 años, que tenían mayor tiempo de cópula y mayor eficacia, por lo que se aumentó la población a lo largo del tiempo.
Los huesos se han encontrado en Cerro Batallones, uno de los yacimientos más importantes del mundo en el que se han encontrado fósiles de tigres de dientes de sable o de tortugas gigantes.
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