Datado hace 84.000 años; esta especie (Haploidoceros mediterraneus), que pudo servir de alimento a los propios neandertales, se extinguió al no resistir una glaciación. Es de los cérvidos europeos menos conocidos (con algunos restos en el sur de Francia y en Barcelona) y la novedad es que en Getafe se ha hallado un esqueleto completo.
El equipo del paleontólogo Joaquín Panera, responsable de las excavaciones, halló el cérvido en su búsqueda de elefantes, bos primigenius, caballos, zorros... en un yacimiento que ha servido para conocer los hábitos alimenticios de los neandertales (se sabe que usaban herramientas para acceder al tuétano de los animales).
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