El sur de Madrid es la zona en la que está golpeando la crisis de forma más crítica, donde las organizaciones se ven desbordadas. Por ejemplo Cáritas Diocesana de Getafe, que centraliza el trabajo de esta organización en toda la zona sur. El año pasado atendieron a 13.000 familias, pero la cifra aumenta. En las parroquias de la diócesis se repartieron 393.000 euros en ayuda directa a las familias. El dato lo aporta Jesús Sánchez, portavoz de Cáritas Diocesana, que explica el cambio de perfil: de personas inmigrantes y con edad avanzada han pasado a ayudar a un 40 por ciento de españoles y en edad de trabajar.
El trabajo es la gran necesidad de nuestro tiempo. En los despachos de Cáritas se forma a una media de cien personas al año, especialmente en el sector asistencial. Con todo, la situación está al borde de la conflictividad por culpa de la tasa de paro. Especialmente, según Sánchez, en poblaciones como Parla y Humanes, con un desempleo que casi alcanza a uno de cada tres vecinos.
Luis Muela, presidente de Cruz Roja en Getafe, recuerda que hace varios años se llegó a plantear la retirada de los alimentos, ya que el hambre había desaparecido prácticamente de nuestra sociedad. El año pasado, sin embargo, tuvieron que repartir 40.000 kilos de comida. La epidemia se empieza a cebar con los más desprotegidos, con los niños.
Eso en medio del drama de los desahucios. Para luchar contra ello, Cáritas está consiguiendo pisos sociales en Fuenlabrada y Parla, y Cruz Roja ha dado ya 15.000 euros para ayudar a pagar las hipotecas de 46 familias de Getafe. La ayuda es total. No sólo comida o ropa, sino que compran medicamentos, traducen documentos, realizan gestiones… Y es que el sur de Madrid es la zona más afectada, pero también la más solidaria, según el presidente de Cruz Roja Getafe. Los socios aumentan a una media de dos por día y las colectas cada vez son más exitosas. Para Luis Muela, si eso lo hicieran los poderosos, muchos problemas estarían solucionados.
Falta va a hacer esa solidaridad: según Cruz Roja, el año que viene 3.000 madrileños más necesitaran ayuda urgente, y se necesitará un millón de euros adicional. La emergencia se conoce en ayuntamientos como el de Fuenlabrada, que ha aprobado 500.000 euros extraordinarios para servicios sociales. El año pasado 2.000 familias recibieron una media de 723 euros sólo para sobrevivir. Carmen Bonilla, concejala de Bienestar Social, explica la clave para mantener las ayudas: reordenar recursos y tener en mente a las personas.
Y es que más allá de las cifras y las campañas están, siempre, las personas. Con ellas trabajan a diario en el comedor “Paquita Gallego”, de la Asociación Madre de la Alegría de Leganés, donde se reparten en torno a un centenar de comidas diarias. Loli Rasero, su presidenta, asegura que más que una comida, lo que realmente hace el bien es un hombro de apoyo.
Y sobre todo el cariño familiar. Pero todo ese duro e indispensable trabajo asistencial tiene recompensa. Como que a Loli, con 21 años de voluntariado a sus espaldas, uno de los usuarios del comedor le dijera “tú no te puedes morir”.
Son las voces de la solidaridad, de la indispensable ayuda que multitud de personas prestan en el sur de Madrid y que, en medio de tantas noticias pésimas, recuerdan que los buenos corazones abundan en esta sociedad.
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