Durante todo este tiempo el conflicto de Coca Cola ha estado lleno de tensiones, protestas y de una resistencia numantina marcada por el campamento de los trabajadores de la fábrica fuenlabreña. Desde allí se pedía, desde finales del 2014, el cumplimiento de la sentencia de anulación del ERE. Interpretaban que el dictamen de la Audiencia sobre la incorporación a los puestos en la empresa, en las mismas condiciones anteriores al despido, suponía la reapertura de los centros cerrados, algo que no compartía la empresa, quien estableció la readmisión en centros de diferentes partes de España
Finalmente la Audiencia, en enero, obligaba a Coca Cola a pagar los salarios de los afectados por el ERE sin exigirles incorporación laboral que supusiera un cambio de residencia y a finales de febrero los trabajadores empezaron a cobrar otra vez su sueldo y todos los salarios de tramitación atrasados. Sobre lo que la Audiencia no se pronunció fue sobre la reapertura de las fábricas cerradas. Desde el Campamento fuenlabreño, Juan Carlos Asenjo, representante de CCOO, están tranquilos y convencidos de que el fallo les será favorable.
De momento, habrá que ver en qué sentido se pronuncia el Supremo para saber si Coca Cola volverá a ser fuenlabreña.
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