Descrito como un autor positivo y capaz de hacernos volver a creer en la humanidad, Ricardo Moraga refleja una lucha constante. Es una competición entre la suavidad y el metal, entre la luz y el oscuro deterioro. Su muestra bajo el título “Ilusiones en óxido” es de las que merece la pena observar muy de cerca.
Moraga, natural de Santiago de Chile, lleva tres décadas inundando de crudeza y en último término, de positivismo, el arte. A partir de los años 90 sus obras comenzaron a traspasar fronteras y ahora pueden disfrutarse en el Centro de Artes Tomás y Valiente de Fuenlabrada hasta el próximo 17 de junio.
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